
CIUDAD DE MÉXICO, 1 de mayo.- María Espinoza, doble medallista olímpica en taekwondo, se cansó de sentirse agraviada por la Federación Mexicana de Taekwondo (Femextkd) y decidió no viajar al Abierto de Canadá porque su entrenador, Pedro Gato, no recibió la visa para poder ingresar a ese país.
“Si él no viaja, yo tampoco. Ambos pasamos cosas muy duras desde antes de Londres y es una manera de mantenernos unidos”, dijo la sinaloense, en referencia a los obstáculos que puso la Femextkd, encabezada por Juan Manuel López, desde el año pasado.
El problema se originó porque la Femextkd comenzó el trámite de las visas apenas el miércoles de la semana pasada, cuatro días hábiles antes de viajar al evento.
Al percatarse de la complejidad del trámite y de su incompetencia, la Femextkd solicitó ayuda a la Conade. Consiguieron el lunes las visas de todos los atletas y entrenadores, salvo la de Pedro Gato, porque él viajó en 2008 con pasaporte cubano y ahora pretendía hacerlo con uno mexicano. La embajada de Canadá pidió tiempo para analizar su situación.
“Supe el lunes por la noche que el profesor Gato no tenía visa, le dije que no era justo que me fuera si él había hecho todo el proceso”, argumentó Espinoza, quien decidió manifestar su inconformidad porque consideró que el acto fue con dolo de parte de la Femextkd.
Espinoza preparó su maleta como si fuera a viajar, entrenó por la mañana de ayer y se puso el uniforme para ir a aeropuerto. Sólo Pedro Gato sabía su decisión de quedarse.
Cuando llegaron las camionetas para trasladar al equipo al aeropuerto, Espinoza argumentó que se le había olvidado empacar una prenda y regresó a su cuarto. Dijo que los alcanzaría después; pero nunca llegó.
Los seleccionados llegaron al aeropuerto, documentaron y esperaron la hora de ingreso a la sala. Ahí se enteraron que Espinoza no iría en solidaridad con Gato, las mujeres se reunieron para valorar si viajaban o se quedaban; decidieron irse.
Ramón Solorio, director de Selecciones Nacionales de la femextkd, enfureció cuando supo que Espinoza no llegaría. Solorio, quien cobra 40 mil pesos al mes y cuya responsabilidad era sacar la visa y llevar a los deportistas al aeropuerto, salió corriendo del aeropuerto para no dar explicaciones de lo sucedido.

